Por: Martrin Gutiérrez.
El deporte de alto rendimiento en el mundo se ha visto ensombrecido en ocasiones por conductas poco éticas e incluso comportamientos delictivos por algunos atletas y entrenadores en diversidad de disciplinas. Esta es una realidad que hemos presenciado a lo largo del tiempo, quedando en evidencia que el deporte no está exento de la aparición de conductas delictivas y denigrantes, como sucede en todo grupo social.
Venezuela no es la excepción en la comisión de estas prácticas aberrantes como es el abuso y la agresión sexual en la práctica del deporte en todos sus niveles. Ahora bien, desde el año 2016, se han hecho públicas varias denuncias hacia entrenadores sobre supuestos abusos sexuales hacia jóvenes deportistas; tal es el caso del profesor Richard Marín Torres, quien fuera el entrenador de natación de un reconocido colegio de la capital venezolana.
Este entrenador fue acusado por varias de sus víctimas de haber abusado sexualmente de ellos mientras cursaban estudios en la institución; según las investigaciones estos abusos sucedieron durante sus 25 años de carrera. Asimismo, todas sus víctimas tenían menos de 10 años de edad; el mismo fue sentenciado a cumplir 30 años de prisión.
Igualmente en mayo del año 2020, fue arrestado Hernán José Mendoza, conocido como el “monstruo de Guayana”, quien fungía como entrenador de la escuela de natación Esther Capriles, de donde han surgido varios atletas de alto rendimiento en esta disciplina. En sujeto, fue acusado de cometer abusos sexuales en al menos seis jóvenes que estaban bajo su entrenamiento.
Esta lista de incidentes ligados a las agresiones sexuales va en aumento. Recientemente, en enero del 2021 se conoció una serie de denuncias hechas por exintegrantes de la Selección de Esgrima de Venezuela, esta vez en contra del reconocido entrenador Luis Junior Salazar.

Estas denuncias se hicieron públicas gracias a las víctimas, quienes luego de la inacción de los órganos de justicia de Venezuela, decidieron romper el silencio. Las denuncias vienen desde el año 2019, pero las mismas fueron archivadas debido a la relación cercana que tiene el entrenador con la exministra del deporte y reconocida esgrimista Alejandra Benítez y con autoridades del Ministerio del deporte en Venezuela, como lo es el Viceministro de Deporte de Alto Rendimiento y Presidente del Instituto Nacional de Deporte (IND).

Estas relaciones de alto nivel con las que cuenta el entrenador, ha servido para archivar las denuncias de cuatro víctimas, tres de ellas quienes se vieron obligadas a abandonar la práctica del deporte y uno de ellas emigró contra su voluntad y actualmente pertenece a la selección de Colombia; pues el supuesto agresor a quienes no accedían a sus peticiones sexuales les aparataba de selección, pero esto no es lo más impresionante de este nuevo caso, el ahora denunciado es el entrenador postulado de para la Selección Nacional Femenina de Esgrima y la Selección del estado Yaracuy, es decir, este supuesto depredador sexual cuenta con el apoyo de las autoridades deportivas de Venezuela, lo que le augura que estará a cargo de un grupo de jóvenes que estarían vulnerables de ser cierto estas denuncias.
En cualquier país, que se jacta de decir que tiene una justicia para todas las víctimas estaría separado de sus funciones mientras dura la investigación, pero en este caso fueron las victimas las perseguidas.
Esta es la generación de oro como pregonan en el socialismo del siglo 21.
Por: Martrin Gutiérrez.