Por: Martrin Gutierrez.
Un panorama gris se avecina para la Vinotinto en la Copa América, luego de que el secretario de Salud del Distrito Federal de Brasilia, Osnei Okumoto, confirmara los casos positivos de Coronavirus en la selección nacional.
“Estas personas no podrán jugar, están aisladas en sus habitaciones de hotel. Indagamos sobre todos los jugadores: dónde estaban, dónde llegaron o con quién estaban. Se investigan todos los contactos. No es posible decir dónde se infectaron pero en el período que estuvieron aquí, deben haber venido del país del que llegaron ya con la enfermedad”, dijo Okumoto a CNN.
Todo esto es consecuencia del “bonchiche” que se desarrolló en el estadio olímpico de la Universidad Central de Venezuela (UCV), en el compromiso donde Venezuela empató 0-0 ante Uruguay.
Y donde más de 200 personas se dieron cita en la tribuna principal del recinto capitalino, entre enchufados, influencers, familiares, amigos y prensa, algo insólito para un partido a puerta cerrada.
Entre fotos a ras de césped y un ‘faranduleo’ notable se violó la supuesta “burbuja” que protegía a la selección nacional, sumado a las visitas sociales realizadas en el Hotel Lido donde estaban alojados.
Una nefasta planificación, logística y control de parte de las autoridades deportivas del país y dirigentes de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF). Sí, los mismos que querían recibir la Copa América 2021, siendo incapaces de proteger una delegación, e imagínense con los 10 seleccionados de CONMEBOL.
Una triste realidad de un país y, además de una ciudad que vive plena guerra campal entre los cuerpos policiales del estado y los pranes de los barrios.
Tanto es así que la selección nacional entrenó en el estadio Nacional Brígido Iriarte en el Paraíso, Caracas bajó los sonidos de la detonaciones por arma de fuego que se producían en la Cota 905 a escasos metros.
Terrible contexto para competir y sacar buenos resultados para el balompié nacional.
Por: Martrin Gutierrez.