Por: Martrin Gutiérrez.
El Estado emplea todos los recursos y esfuerzos para tomar las federaciones, las interviene, les impugna elecciones, les monta federaciones paralelas, les niega recursos y hasta les inventa un registro, pero en esa larga lista de acciones ninguna tiene que ver con atender a sus deportistas.
Tal es el caso de Marcelino Bolívar, gloria deportiva venezolana, medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, quien subió al podio en la división mosca juniors (48 kilogramos) al dejar en el camino con un 5-0 a Nelson Jamili de Filipinas, Agapito Gómez de España tras un 4-1 y un 5-0 ante Carlos Motta de Guatemala. Luego caería ante Paul Gonzáles Jr. de Estados Unidos.
Han pasado 37 años de aquella gesta que estuvo acompañada por el también bronce alcanzado por Omar Catarí, en esa edición de la máxima cita del deporte universal.
Lo cierto, es que como muchas otras grandes leyendas de nuestro deporte, a quienes la revolución utilizó como bandera política y cubrió con cantos y promesas de justicia social, hoy se encuentran totalmente en el abandono.
Atletas que como muchos venezolanos necesitan que al menos existan condiciones para salir adelante y no por obra caritativa sino para retribuir un poco a la gran cantidad de alegrías que le han brindado a los venezolanos.
Si esto sucede con el deporte que más medallas olímpicas ha traído al país, qué podemos esperar para otras disciplinas, o peor aún, para el resto de la población.
Realidad que nos conmueve, al ver desde el municipio Independencia del estado Anzoátegui, las precarias condiciones en las que se encuentra viviendo el exboxeador, sumado al deterioro de su físico producto de las dificultades incluso para comer.
En la gráfica vemos que cuando Maduro le ofrecía villas y castillos el campeón se veía más repuesto y ahora, años después de esas promesas y del paso de la revolución, se encuentra visiblemente más deteriorado.
Marcelino es un ejemplo vivo de lo que trajo la politiquería revolucionaria y el intervencionismo al deporte venezolano, solo hambre, exilio, muerte y destrucción.
La carrera deportiva de un atleta es muy corta, para la mayoría de las disciplinas con poco más de 30 años eres ya un viejo, por lo que es necesario abrirse paso en otras áreas de la vida, pero con Estados gigantes llenos de ministros delincuentes de oficio que todo se lo roban, no quedan alternativas más que sobrevivir con un miserable ayuda económica que ellos determinaron será mejor para nuestras vidas que trabajar y emprender, pero la realidad es que ahora con la hiperinflación más alta del mundo, esas ayudas no te alcanzan ni para comer y mucho menos para medicamentos.
Causa gran indignación escuchar el discurso desgastado de la “Construcción de la Venezuela Potencia Deportiva”, cuando la realidad es que somos la “VENEZUELA DECADENCIA DEPORTIVA”.
El sector deporte ha sido muy útil para los politiqueros venezolanos debido a que estamos llenos de exministros y exviceministros del deporte que hoy son alcaldes, diputados y hasta gobernadores, ellos han capitalizado políticamente, pero el deporte se ha descapitalizado estructural y humanamente.
A continuación algunos:

ExMindeportes.
Ahora Gobernador.

Ex-ViceDeportes.
Ahora: Alcalde.

Ex-Mindeportes.
Ahora: Diputado.
Aquí una pequeña muestra de la diferencia que hay en revolución entre los politiqueros que pasan por el deporte, y los deportistas que pasan por el deporte.
Por: Martrin Gutiérrez.
Será que los deportista que en algún momento dieron todo por nuestra bandera tienen que ser olvidados o son deportistas y su logro es comentario?