Por: Martrin Gutiérrez.
Este miércoles desde la Iglesia La Pastora se llevó a cabo la acostumbrada y principal celebración religiosa del deporte que desde 1945 se realiza en Venezuela y sus 23 estados. Con la presencia de unos pocos federativos, atletas, glorias del deporte y hasta políticos, se llevó a cabo cumpliendo en lo posible con las medidas de bioseguridad.
Esperamos que en este encuentro del deporte con la divinidad de nuestro señor las cosas mejoren para el deporte y los deportistas venezolanos. Dios interceda y nos ayude a soportar los desmanes del exilio, la muerte y la persecución que sufre la llamada generación de oro, que Dios ayude nuestros campeones venezolanos que hoy son la mano de la economía informal en Sur América, y que en general puedan retornar a sus deportes y al calor de sus hogares y familia.
Entre los que estuvieron presentes: presidente del Comité Olímpico Venezolano, profesor Eduardo Álvarez, también Mervin Maldonado, quien es ahora el Ministro de Juventud y Deporte, Atletas de la Súper Liga de Baloncesto (FVB), Francisco “Morochito” Rodríguez (gloria deportiva del boxeo nacional) entre otros que estuvieron acompañando a las autoridades presentes.
Además, las glorias deportivas del país dijeron presente en la homilía para realizar los votos necesarios en un año en el que se definen los procesos electorales que rigen la actividad deportiva nacional, así como los diferentes proyectos de actividad física, masificación, formación deportiva y alto rendimiento.
Con la participación vía telemática de varios deportistas criollos, entre los que destacan el ya clasificado a Tokio 2020+1, Daniel Dhers, el recién monarca superpluma Roger Gutiérrez y la atleta paralímpica Belkis Mota, todos enviaron sus mensajes de deseos, paz y salud para todos los atletas y habitantes del país.
Ojalá que este encuentro con el creador nos ayude a todos a encontrar el camino para sacar adelante el deporte y les dé el valor a los dirigentes para apoyar a los guerreros que esperan para pelear las batallas que debemos dar.
Por: Martrin Gutiérrez