El Covid-19 de pandemia mundial a oportunismo político: sus efectos en las instalaciones deportivas de Venezuela

Por: Martrin Gutiérrez

De acuerdo a los informes de la OMS (Organización Mundial de la Salud) el covid-19 fue notificado por primera vez en Wuhan (China) el 31 de diciembre del año 2019. Desde ese reporte hasta la fecha, el número de personas contagiadas en el mundo sobrepasa los 33.307.363, y 1.002.320 fallecidos.

En Venezuela, los primeros casos fueron reportados por el gobierno nacional el 13 de marzo del año 2020, declarándose con ello estado de emergencia y, posteriormente, se oficializa una cuarentena obligatoria por medio de Gaceta Oficial el 17 de marzo del año en curso.

Luego de una revisión de los pronunciamientos oficialistas, pudimos constatar por medio de las estadísticas, que, a partir del mes de mayo, se originan los repuntes en las cifras de contagios comunitarios, disparándose tales números en junio, y continuando así hasta el presente con más de 71.000 confirmados. Es a partir del aumento incontrolable de contagios diarios donde el gobierno nacional de forma desesperada, y poco lógica, inicia el análisis de las posibles áreas de aislamiento y atención, debido a que los hospitales y centros de salud están en un 80% de deterioro y colapso motivado a la falta de inversión durante su gestión; dando comienzo al oportunismo político para mejorar la aceptación del pueblo, de los candidatos del PSUV en las venideras elecciones de la Asamblea Nacional, para asegurar el único poder del cual no tiene control el régimen.

El sector deporte no quedó exento de esta pantomima donde los únicos beneficiados fueron el reciente exministro y viceministros, quienes lograron ser vistos por el partido PSUV como héroes de la patria al proponer instalaciones y villas deportivas como centros de atención y aislamiento de pacientes con covid-19 a sabiendas de la destrucción casi total que presenta  la infraestructura deportiva, y que durante sus gestiones (2014-2015) y (2017-2020) no pudieron construir o remodelar edificaciones de envergadura y relevancia, siendo más fácil decidir unilateralmente el uso de las que han resistido más de 10 años la desidia, desatención, y poca inversión del gobierno venezolano; manteniéndose de pie por el apoyo de clubes, asociaciones, federaciones, ligas profesionales y patrocinio privado.

Dentro de este grupo de instalaciones y villas deportivas podemos destacar:

  • El Centro Nacional de Judo ubicado en Caracas, rescatado en el año 2016 por los aportes de la Federación Nacional e Internacional, con las migajas del IND; donde gracias a esta posibilidad de concentración los atletas élite de la disciplina han logrado ubicarse en los primeros lugares a nivel internacional.
  • El Parque Naciones Unidas ubicado en Caracas. Sede del equipo de baloncesto Cocodrilos de Caracas, que forma parte de la liga profesional de este deporte y donde se han organizado eventos de relevancia como los Juegos Panamericanos de 1983. Desde allí, hasta la fecha, los aportes de la empresa privada han permitido su mantenimiento.
  • El Poliedro de Caracas, remodelado en el año 2013 y ha albergado eventos como el Campeonato Mundial de Boxeo, Torneo Pre Olímpico FIBA 2012, Campeonato FIBA Américas, Miss Venezuela, Conciertos internacionales y ferias.

De igual manera, las villas deportivas de: Barquisimeto, Zulia, Aragua, Guárico, Yaracuy, Barinas, Sucre, entre otras. Las cuales eran las únicas en el país con un nivel aceptable, pero no óptimo, permitiendo la organización de campeonatos nacionales, juegos nacionales escolares y juegos nacionales comunales.

Es necesario mencionar que en Venezuela desde la organización de la Copa América de Fútbol en el año 2007 no se construyen instalaciones deportivas de alto nivel, y desde el año 2013 no se organizan Juegos Nacionales de alto rendimiento, de este último, y el poco valor que le dio la gestión de Pedro Infante a su paso por el Ministerio de la Juventud y Deportes.

Es de suma importancia hacer la siguiente reflexión: Si en los últimos 10 años sin bloqueos económicos, ni presiones internacionales para la salida del actual régimen, no se ha construido infraestructura deportiva de relevancia y solo se ponen pañitos de agua caliente a las que han sobrevivido por gestión privada. ¿Será posible que una vez desalojado el Centro Nacional de Judo, ¿Parque Naciones Unidas, Poliedro de Caracas y todas las villas estén en las mismas condiciones que fueron entregadas? ¿Acaso un Gobierno con una economía con hiperinflación, deprimida, sin recursos y sin posibilidad de aumentar los sueldos de 2$ que están matando de hambre al pueblo, tendrá la posibilidad de destinar recursos para la recuperación de estas instalaciones? ¿Sería de tontos o de chavistas enchufados pensar que sí se podrá? Es lamentable que lo poco que existía haya sido entregado para ser destruido, esto solo puede suceder en una gestión que no valora la importancia del deporte para la sociedad, cuando usa la política deportiva solo para devastar lo poco que queda, y lo que tanto costó levantar antes de que llegara la plaga socialista. Atrás quedaron los años donde se invertía en el deporte nacional, en donde se construían grandes obras para la realización de los juegos nacionales (extintos en el país).

Por: Martrin Gutiérrez

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