Por: Martrin Gutierrez.
Carta abierta:
El deporte criollo esta viviendo días convulsivos y verdaderamente vergonzosos no solo para el deporte sino para nuestros atletas, las ambiciones de una pequeña mafia que desprovista de cualidades políticas para “HACER POLÍTICA” se fagocita sin cesar en los símbolos y las instituciones deportivas, tratando de tomar el deporte para mostrarle al grupo político dominante, el “OLIMPISMO COMO UN TROFEO”, para mostrarse como dominadores de un sector, sector del cual nisiquiera forman parte, porque nisiquiera fueron deportistas, como lo es el caso de Pedro Infante; he defendido la tesis que para dirigir el deporte no necesariamente debes ser un campeón nacional, continental o mundial, pero también he defendido la tesis de que al menos debes haber sido atleta o entrenador, tal vez de allí parte todo, después te convertirás en médico, científico, abogado o político, pero debemos partir del AMOR POR EL DEPORTE y eso solo lo puede dar un atleta, que defendió los colores de su país en algún momento de su vida.
Al parecer esta experiencia de vida te da una vinculación con la actividad deportiva que va más allá de lo explicable y que evidentemente un político de oficio preocupado por votos y por lucir leal ante sus jefes para obtener un despacho ministerial, una alcaldía o un curul en la asamblea nacional no logrará nunca desarrollar, y a las pruebas me remito, POLÍTICOS de oficio dirigiendo el deporte no trae buenos resultados, miremos a 15 años de dirección ininterrumpida por el hoy diputado Pedro Infante, solo ha traído desgracias al deporte nacional.
¿Hasta cuando los atletas permitiremos eso? debemos aparecer y fijar postura estos tiempos lo requieren, es hora de que aparezcan los nombres de los caballos, de los protagonistas de las medallas y resultados deportivos en las planchas federativas, si queremos trascender en nuestros deportes y dejar algo perdurable hagámoslo ahora durante el ocaso o el fin de nuestras carreras, debemos regalarle algo de tiempo a eso que tanto amamos y que en algún momento fue el centro de nuestras vidas, debemos salir a pelear, el deporte lo merece y las generaciones de relevo lo necesitan, debemos propiciar la transición entre esta generación de dirigentes imperfectos pero que al final son quienes están poniendo los muertos y los presos, y esa generación de atletas que sufre por tanta injusticia y abuso en el deporte venezolano.
Es hora de ver nombres como Antonio Diaz en una plancha por la federación de karate, un Rubén Limardo en una plancha por la federación de esgrima, y muchos otros atletas en las planchas de sus deportes, son los atletas quienes deben conformar al menos el 40% de cada plancha federativa, no será fácil no será bonito pero será mejor que lo que está pasando, el peso moral de un nombre de envergadura deportiva, el nombre de un atleta de verdad, no permitirán que los delincuentes y mafiosos del deporte tomen los espacios, no veo a un Pedro Infante que no puede entender el deporte porque nunca fue atleta de nada, aspirando al COV con o contra una plancha que tenga entre sus nombres un Antonio Diaz y/o un Rubén Limardo, acompañados de atletas que siempre les recuerden el rumbo, incluso una Alejandra Benítez que aunque estemos en la acera contraria ideológicamente de seguro ella no se atreverá a contratar delincuentes para secuestrar atletas ni se atrevería a mandar a matar federativos.
Las medallas deben pesar, todo el que fue parte de un equipo que defendió el tricolor nacional, es necesario en un equipo de dirección de una federación y de un Comité Olímpico, existen diferencias entre nosotros los atletas y la vieja guardia de federativos pero de seguro podremos lidiar con ellas porque el amor por el deporte nos hace alejarnos del uso criminal de la institucionalidad para perseguir, apresar y matar.
Si los atletas ocupan los espacios no habrá cabida para los politiqueros. Las medallas deben pesar, que aparezcan los caballos.
Por: Martrin Gutierrez.