Por: Edilio Centeno / Selección de Venezuela en el exilio
Veo con preocupación que en ocasiones se confunden las capacidades mentales con la voluntad “suponiendo que en el caso que tocaré hoy existía buena voluntad”. Explicó a continuación: No confundamos las capacidades gerenciales y/o de hacer política con la intención de efectivamente hacerlo bien. Son cosas distintas, y es que si un ministro no posee las suficientes capacidades, para que a través de su gestión se hagan palpables, visibles los buenos resultados, pues se convierte en “incompetente”, o “ignorante”, hasta ahí. Ese dirigente o ese político simplemente no tiene las capacidades necesarias para ocupar el cargo y dar buenos resultados, nada más. “Quizás” tenía toda la intención de hacerlo bien, pero su cerebro entró en “cortocircuito” cuando se presentan a diario una serie de situaciones o circunstancias que requieren de su atención, de su competencia y de sus conocimientos para ser solucionados. Y este es el caso de nuestro ministro, a quien yo llamo: “Pedrito”. Pedro Infante, Ministro de Deporte de un gobierno desconocido por la comunidad internacional.
Ahora bien, que un dirigente político, o en este caso un ministro muestre ignorancia, muestre sus pocas capacidades mentales para ejecutar políticas adecuadas en pro del desarrollo del área en la que esté, pero además, actúe definitivamente apegado a la maldad, a la hazaña, a las intencionadas malas políticas deportivas, al rencor, a la descalificación, a la ineptitud, a la inoperancia, a la dejadez, a la mala educación, a las tranzas con la delincuencia, además con dolo, odio, descaro, con su “cara e´ tabla” como decimos comúnmente los venezolanos, pues eso es otra cosa, eso sí que es imperdonable, inadmisible, grotesco, eso ya es algo más comparado con acciones diabólicas; y esta descripción también coincide con el flamante ministro de Nicolás: Pedro Infante. Bajo su “gestión” se han extinto deportes, se han retirado atletas en optima forma competitiva, en momentos y edades aún muy productivas para sus deportes, ha habido pésimos manejos de los recursos disponibles, se ha desvirtuado el término de DEPORTE, por donde se le mire, no se efectuaron nunca más Juegos Deportivos Nacionales, hubo carencia en apoyo a miles de atletas, federaciones, árbitros, instalaciones deportivas, hubo muerte. Y a esto último, es a lo que me quiero referir en mi artículo, o voy más allá, me quiero referir al insólito descaro mostrado por Pedrito ante la muerte de una joven hermosa y dedicada atleta del fútbol femenino venezolano: Javiela Liendo. Pido a Dios la tenga en su santa gloria, desde nuestro espacio, nuestras más sinceras condolencias a todos sus familiares.
Revisando mi red social Twitter me encuentro con un “llamado de auxilio” por parte de los familiares directos de la atleta fallecida, Javiela Liendo, solicitando públicamente a la comunidad en general, “ayuda económica para poder pagar los gastos inherentes a los tratamientos médicos que estaban llevándose a cabo en ese entonces para intentar salvarle la vida, humildemente nosotros desde nuestras posibilidades, pudimos hacer una muy pequeña contribución para colaborar con la joven futbolista.., basándonos en aquello de “un bolívar es poco, pero somos muchos..”.

A los pocos días nos enteramos de la lamentable pérdida, dolió (hubiese podido ser yo, atleta, selección nacional, con vida útil dentro del deporte todavía, sin seguro médico, sin apoyo del Ministerio del Deporte ni de mi federación, hubiese podido ser yo. Pensé mil veces. Y de hecho, Javiela Liendo soy yo, Javiela Liendo es cada atleta venezolano. Javiela Liendo es Limardo, es Dhers, es Díaz, es Rojas, es Hernández, es Chema, es Castellanos, es cada atleta venezolano. Y así, pensando en ella, se me arrugó el corazón, sentí tanta decepción, sentí tanta tristeza, sentí mucho su pérdida; me parecía increíble, que en el año 2020, siglo XXI, en un país con tantas riquezas, con tantos resultados en el fútbol femenino de los últimos tiempos, una atleta tenga que dejar este mundo solicitando apoyo para pagar su tratamiento. Es doloroso, es intolerable, es penoso, es tan duro, es tan injusto.
Lo peores sentimientos que me desató esta situación entorno a esta lamentable pérdida, vinieron horas después de su deceso, cuando leo un Twitter de Pedrito, en el que manifiestaba: “sus más sinceras condolencias para la familia de Javiela Liendo”; me quedé estupefacto, no podía creer lo que leía, no terminaba de asimilar tal nivel de desfachatez, de maldad, de basura, de descaro, es que me cuesta asimilarlo. Si reflexionemos por un momento, Pedrito es el Ministro de Deporte, maneja los recursos del Estado venezolano asignados al deporte, por allí, ya tiene indudablemente una cuota de responsabilidad respecto al abandono de la atleta en su tratamiento médico, además maneja (a su antojo) el Instituto Nacional de Deportes que posee un área de servicio médico especial para los atletas miembros de selecciones nacionales (como era el caso de esta joven), me pregunto: ¿dónde estaban esos médicos? ¿Por qué el servicio médico del IND no estaba acompañando a la atleta? ¿Por qué el ministro no cubrió los gastos médicos? ¿Por qué no colaboró con intentar salvar su vida? Aquí queda de manifiesto claramente y de nuevo, la responsabilidad directa de Pedrito en el abandono de una atleta de esa jerarquía. Pero además, Pedro Infante es vicepresidente de la desastrosa, corrompida, caótica Federación Venezolana de Fútbol, sí, aunque usted no lo crea.
Bien, Pedrito era al momento del fallecimiento de la atleta, miembro de la Junta Directiva de la FVF, (que ante la ausencia conocida de Presidente y Vicepresidente, dejaba a Pedrito como uno de los MÁXIMOS DIRIGENTES del Fútbol Federativo Venezolano, no es cualquier cosa, pues como federación, Pedrito tampoco mostró un ápice de humanidad y tampoco atendió a su atleta, a la atleta de fútbol y selección nacional, increíble, pero cierto, Pedrito es nuevamente responsable de atender a esta atleta, ahora, como federativo.
En lo personal, aún hoy, días después de esta lamentable pérdida, no me puedo creer del todo, lo que sucedió, no puedo creer como Pedrito siga al mando del deporte venezolano, no puedo creer como es posible que ni siquiera la muerte de una joven promesa venezolana, genere consecuencias dentro del maldito seno de Nicolás y Pedrito. ¡Malditos!
En cualquier país decente, ya estuviese al menos, destituido este bochornoso ministro de pacotilla. Sin embargo, ahí está, allí sigue. Quiero pensar que la recién anunciada jugada de Nicolás de sacarlo del Ministerio de Deporte, tenga relación con la indudable y múltiple responsabilidad de Pedrito en, al menos, el inadecuado manejo de la atleta Javiela Liendo.
He enviado una carta a la Fiscalía General de la República, una carta a la Secretaria de la Presidencia de la República, con la finalidad que se investigue la presunta responsabilidad de Pedro Infante en el caso antes mencionado. Pido a Dios todos los días, cuide a Pedrito, a Nicolás, y a todo su combo, los mantenga sanos y fuertes, libres de coronavirus, para que así puedan enfrentar la justicia terrenal primero; esa hora va a llegar, tiene que llegar.
Por: Edilio Centeno